El sustantivo
- Juan Illarramendi
- 4 sept 2015
- 3 Min. de lectura

Introducción
Los sustantivos, también llamados nombres, son palabras variables que sirven para designar personas, animales, objetos, acciones, cualidades, cantidades, lugares o incluso el tiempo. Mira ahora un ejemplo de cada uno de estos posibles sustantivos:
Personas
Aitor, Pedro, alumno, taxista
Animales
Perro, gato
Acciones
lectura, saludo
Cualidades
ternura, odio
Cantidades
centenar, millón
Lugares
Huelva, playa
Tiempo
Lunes, enero
Además, los nombres tienen dos cualidades que los convierten en palabras variables, es decir, palabras que cambian. Esas dos cualidades son el género y el número. Por género nos referimos al hecho de que una palabra puede ser masculina o bien femenina; por número, al hecho de que puede ser singular o plural.
Clases de nombres
Los sustantivos se pueden clasificar según cómo sean las realidades a las que nombren. Primero tendremos que saber si son propios o comunes. Por propio queremos decir que el sustantivo en cuestión se refiere a personas, animales, lugares... que son únicos en su clase. Son los nombres propios, los que sirven para nombrar una realidad que se distingue de todas las demás, como por ejemplo Macarena, Ana, Sevilla, Francia, Mikel... Los nombres comunes, en cambio, son los que nombran a personas, animales u objetos que pertenecen a una misma clase: libro, río, montaña, coche, guitarra...
En caso de que el sustantivo haga referencia a algo común, entonces podríamos hacer una distinción más: concreto o abstracto. Un sustantivo concreto designa realidades que percibimos por los sentidos (tacto, oído, vista, olfato y gusto). Los sustantivos abstractos son los que podemos oír, ver, tocar, oler o saborear, como un perro, el chocolate, el aroma, la canción... En cambio los nombres abstractos son realidades que no percibimos por los sentidos, en su mayoría fenómenos que pensamos o bien sentimos: bondad, razón, paz, eternidad...
Si el sustantivo en cuestión es concreto, tenderemos además que saber si es contable o no contable. Los sustantivos contables pueden contarse numéricamente: podemos decir una niña, dos cucharas, tres perros; no así con los contables, que no se pueden contar, como por ejemplo sucede con la arena, el aceite o el aire. No podemos decir tres arenas, ni dos aceites, ni cinco aires.
Pero es que además, si los sustantivos son contables, tendremos que saber si hacen referencia a una realidad individual o colectiva. ¿A qué nos referimos cuando decimos individual o colectivo? La respuesta es sencilla. Si el sustantivo es individual, designa a una sólo objeto: árbol, pájaro, oveja... Si es colectivo, en cambio, la palabra aun estando en singular designa a un conjunto de objeto de la misma clase: bosque (que hace referencia a un conjunto de árboles), rebaño (conjunto de ovejas), o bandada (conjunto de aves).
El género
Según el género, los nombres se clasifican en masculinos y femeninos.
Los nombres masculinos solo pueden ir acompañados por las formas masculinas del artículo (el, los) y del adjetivo:
el edificio nuevo los edificios nuevos
Los nombres femeninos pueden estar acompañados solo por las formas femeninas del artículo (la, las) y del adjetivo:
la moto alemana las motos alemanas
La mayoría de los nombres tiene un solo género, o son masculinos o son femeninos: la camisa, la mano, el cielo, los claveles, el mapa… pero existen unos pocos nombres que utilizan morfemas de género diferentes para distinguir, por ejemplo el gato y la gata.
Algunos nombres que se refieren a personas o a animales distinguen el sexo (macho y hembra) por medio de los morfemas –o, -a:
Chico y chica león y leona
El número
El morfema de número clasifica los nombres en singulares y en plurales.
Los nombres en singular se asocian, generalmente, al significado de “uno” y concuerdan con las formas en singular del artículo (el, la):
el ordenador la torre la pierna
Los nombres en plural se asocian con la idea de “más de unos” y concuerdan con las formas plurales del artículo (los, las):
los ordenadores las torres las piernas
En general, el plural se forma añadiendo –s al nombre en singular acabado en vocal (libro – libros) y –es cuando acaba en consonante (papel – papeles). Sin embargo, también hay algunos casos especiales en los que el plural no se crea de la forma convencional:
Los nombres que acaban en –s tras vocal tónica añaden -es:
autobús - autobuses compás - compases
Los nombres que acaban en –s o –x tras vocal átona no varían:
la crisis – las crisis el rascacielos – los rascacielos
Generalmente, los nombres que acaban en –í o –ú acentuadas añaden –es:
bambú – bambúes jabalí – jabalíes
Además, algunos nombres carecen de plural (la sed, el caos, el zodiaco…), otros no tienen singular (las nupcias, los comestibles…) y otros, en plural, se refieren a un solo objeto (tijeras, gafas…).
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